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Estanco Museo Velasco, reinventándose desde hace más de dos siglos

Enviado por en 19 junio, 2020 – 12:54
En situaciones como esta, somos capaces de permanecer unidos, actuando con responsabilidad y civismo.

Hay edificios y negocios que si hablaran nos sorprenderían por su acopio de anécdotas y diversidad de escenarios históricos. Lozoyuela cuenta con uno de ellos, el centenario Estanco Museo Velasco, una empresa familiar que acumula varios siglos de memoria en su hacer, y que atesora entre sus paredes objetos aún más antiguos, y, sin embargo, sigue reinventándose en la actualidad con la misma lozanía de siempre.

 Carlos Serrano, lozoyuelano de pro, ingeniero informático que en el inicio de su andadura laboral trabajó en proyectos tecnológicos de grandes empresas, en 2013 tomó el relevo a su madre en la dirección del estanco familiar, y se puso al frente de un negocio bicentenario, que como estanco se remonta a tres generaciones anteriores a la suya, desde 1926, pero antes que estanco fue casa de postas; ya en 1830 se tiene constancia de que albergó una tienda de ultramarinos e, incluso, durante la Guerra Civil fue centro de mando del ejército republicano.

El estanco es también un museo etnográfico privado.

Sí, mi abuelo materno lo guardaba todo, pero fue mi padre quien se dio cuenta de que muchos de los objetos podían ser museísticos. De hecho, buena parte de la colección del abuelo se expone en el Museo Etnográfico municipal. Además, la gente nos trae objetos antiguos que unimos a la colección del estanco.

 ¿Cuál es el objeto más curioso?

Los objetos médicos de mi abuelo. Él estaba estudiando Medicina cuando empezó la guerra, y le tocó ser sanitario. Da cierta grima ver el instrumental que se usaba entonces. También me llama mucho la atención su cámara fotográfica. Le encantaba hacer fotos, y era el retratero de Lozoyuela. Tenemos una enorme colección de fotográficas que muestran la historia del pueblo, y cómo ha ido cambiado con los años.

Los negocios que pasan de generación en generación suelen ser memoria de una familia, pero en este caso, además es memoria de un pueblo. ¿Cómo se lleva esta doble responsabilidad?

Con naturalidad. Para mí es un hecho natural. Siempre he estado aquí, con mi abuelo, con mi madre, ayudándolos, echando un rato, al salir de clase, en los veranos. El estanco no era un trabajo sino una parte de nuestra casa y de nuestra vida.

Y ahora que es tu trabajo, ¿cómo asumes la dirección del negocio en una época con leyes antitabaco?

Adaptándonos al igual que nuestros clientes. El tabaco es un hábito que unos dejan, otros cogen y otros mantienen; si se sube el precio surgen marcas más económicas, marcas nuevas…siempre adaptándonos. Además, somos un despacho de loterías mixto, porque se compagina con la actividad del estanco. Vendemos todas las loterías y apuestas del estado.

¿Piensas que Lozoyuela es un buen lugar para invertir?

Sí. Estratégicamente está muy bien ubicado. Lozoyuela está al lado de la autovía y se encuentra en el centro de la Sierra. Al estanco entra a menudo gente que no conozco, que se desvían en la carretera y vienen a comprar, a los comercios, a la ITV.

¿Eres optimista respecto a las posibilidades económicas de la Sierra Norte?

Yo soy muy optimista siempre. Veo las muchas posibilidades de la zona, aunque también soy realista porque veo que no acaba de arrancar. El Hospital va a dar mucha notoriedad, pero hay que ponerse las pilas en la vivienda y en el transporte, tanto en Lozoyuela como en toda la Sierra.

Como buen conocedor de la zona, ¿qué tipo de negocios crees que puede funcionar aquí?

Turismo. Hay rutas y parajes preciosos y accesibles, y están aquí al lado. Pero, además, ahora, con la fibra y el polígono, se puede poner cualquier tipo de negocio; instalarse aquí es más económico para las empresas que en sitios donde los alquileres son más caros, pero tiene que haber buen transporte y vivienda para la gente que trabaje o venga a trabajar aquí. Eso sí, ir creciendo poco a poco, con sostenibilidad.

¿Cómo animarías a todo el que quiera emprender?

Yo conozco los dos lados, y con tu empresa estás todo el día liado, pero también te da más libertad.

¿Cómo ves el estanco en unos años?

Pues adaptándonos como hemos hecho desde siempre. Yo recuerdo a mi abuelo moliendo café…; nos adaptaremos para seguir pasando el testigo a las siguientes generaciones.

Esta entrevista tuvo lugar el 9 de marzo, y acababa aquí, pero los acontecimientos mundiales nos obligaron a retrasar su publicación. Hoy, a punto de alcanzar la normalidad, concluye con esta última pregunta:

Una persona tan optimista y positiva como tú, que ha tenido las puertas abiertas del negocio durante todo el confinamiento, ¿Qué mensaje nos puedes dar  para el futuro?

Han sido unos meses duros. Los primeros días, venía a abrir con miedo, por el contagio, por no saber cómo iba a reaccionar la gente…, pero según pasaban los días, viendo el comportamiento ejemplar y responsable de la mayoría, abría un poco más relajado, aunque siempre con cierto nerviosismo y muchas ganas de volver a casa.

Como mensaje para el futuro, después de haber visto la responsabilidad y unión de la mayoría de la gente a la hora de acatar todas las indicaciones, las leyes y las restricciones para frenar la pandemia, me quedo con que en situaciones como esta, somos capaces de permanecer unidos, actuando con responsabilidad y civismo. Y para salir de la crisis que se nos viene encima, tendremos que actuar de la misma manera, arrimando el hombro, todos.

Lozoyuela-Navas-Sieteiglesias, #un municipio para vivir y trabajar

 

El Estanco Museo Velasco se encuentra en la avenida de Madrid, 95, de Lozoyuela, Madrid. Teléfono: 91 869 40 79.

pdf  DESCARGA AQUÍ LA ENTREVISTA  a Carlos Serrano_ Museo Estanco Velasco