Inicio » Historia del municipio

Historia del municipio

LOS ORÍGENES

Los primeros restos de la presencia humana encontrados en la zona datan del Paleolítico. De esa época viene el toro de Lozoyuela, un conjunto de rocas que forman la imagen del animal, símbolo de fuerza y fertilidad, situado junto a un altar para ofrendas.

Del Paleolítico Inferior (entre 50.000 y 150.000 años) data el resto más antiguo hallado en el municipio: una herramienta de piedra usada para cortar (bifaz) que se descubrió en la zona de Los Tomillares.

En varios puntos de Sieteiglesias se conservan conjuntos de grabados rupestres denominados cazoletas, que son motivos geométricos consistentes en pequeños huecos hechos en la roca. Podrían ser representaciones de las estrellas.

LA VÍA ROMANA

Un ramal de la calzada romana de Antonino subía por Uceda y pasaba por el puente sobre el arroyo Jóbalo. Este puente aún separa Lozoyuela-Navas-Sieteiglesias de El Berrueco, y antiguamente era el único que cruzaba el Jóbalo.

El puente era de paso obligado en el camino al puerto de Somosierra, punto principal para cruzar el Sistema Central hacia Burgos.

LOS VISIGODOS

Su presencia queda atestiguada en la zona de Sieteiglesias con la necrópolis, una serie de tumbas excavadas en piedra. Las más antiguas datan del siglo VII, pero se siguieron usando y reutilizando hasta bien entrada la Alta Edad Media.

Este lugar servía probablemente como lugar de enterramiento para pequeñas comunidades establecidas en sus proximidades. Además, es casi seguro que junto a la necrópolis se levantaba un templo, sobre cuyos restos se construyó más tarde la iglesia actual.

LA MARCA MEDIA

Durante la época de Al-Andalus, la zona formó parte de la llamada Marca Media, una frontera variable según avanzaban o retrocedían los reinos musulmanes y cristianos. El municipio estuvo casi todo el tiempo en la zona andalusí, aunque contaba con un importante número de mozárabes (población cristiana).

El estancamiento de la confontración en el Sistema Central, hizo que la Marca Media se convirtiera en un territorio de frecuentes incursiones guerreras, ya fueran árabes o cristianas, de corta duración pero devastadoras para la población. Por eso, poco a poco, la mayoría de los cristianos huyó hacia el norte y los musulmanes lo hicieron hacia el sur, buscando ambos pueblos seguridad.

Finalmente, Alfonso VI conquistó la Sierra Norte de Madrid hacia 1083. De esa época aún se conservan algunas atalayas andalusíes.

LA VILLA DE BUITRAGO

En 1096, Alfonso VI concede a Buitrago el título de Villa y el privilegio de repoblación, sobre todo con gentes procedentes de Segovia, pero también de Burgos, Cantabria y País Vasco, con una economía basada en la ganadería.

Es en este momento cuando se piensa que nacieron los pueblos de Lozoyuela y Las Navas, y se unieron así al asentamiento mucho más antiguo de Sieteiglesias.

Más tarde, Alfonso VII otorgó a Buitrago el título de concejo independiente. Dentro de ese concejo, Lozoyuela, Las Navas y Sieteiglesias formaban parte del llamado Cuarto de Garganta, unidas a Garganta de los Montes, Mangirón y La Cabrera.

EL RÉGIMEN SEÑORIAL

En el siglo XIV, el rey Enrique II concedió las villas de Hita y Buitrago a Don Pedro González de Mendoza, miembro de una familia alavesa importante en la corte castellana. De esta forma, los vecinos de Lozoyuela, Navas y Sieteiglesias pasaron a vivir bajo un régimen señorial.

Don Pedro murió en una batalla después de ceder su caballo al rey para que éste pudiera huir, con lo que le salvó la vida. Este acto de lealtad hizo que los sucesivos reyes confiaran en la familia Mendoza, con nuevos privilegios y concesiones territoriales.

Gracias a la ganadería, sobre todo por las ovejas merinas y el comercio de su lana, y al poder de la familia Mendoza, la zona vivió una larga época muy próspera.

El legado arquitectónico del municipio así lo constata. En torno al siglo XVII se produjo la edificación o ampliación de las iglesias y ermitas que actualmente se conservan en Lozoyuela, Navas y Sieteiglesias.

El régimen señorial de los Mendoza duró varios siglos, hasta su desaparición en 1837.

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

En el siglo XVIII, Lozoyuela estaba situada en plena carretera entre Madrid y Francia. Los Borbones prescindieron del puente sobre el Jóbalo y optaron por el camino a través del Collado de La Tejera (por donde ahora pasa la autovía) para acortar el tiempo de viaje.

Este cambio aumentó la prosperidad de Lozoyuela, con nuevos negocios como sus tres casas de postas, fondas y posadas.

Sin embargo, todo cambió con la Guerra de la Independencia. Tras la batalla de Bailén (1808), José I huyó de Madrid a través del puerto de Somosierra. A su paso, los soldados franceses hicieron todo tipo de tropelías. En Lozoyuela, borrachos, mataron a tres vecinos, robaron animales, y se dieron al pillaje de casas particulares.

La respuesta de Napoleón a la expulsión de su hermano de José I fue enviar 45.000 hombres a recuperar la capital. La Junta de Defensa de Madrid reunió a 9.000 hombres, artillería y otros refuerzos para cortar el paso al ejército francés en Somosierra.

Tras varios intentos fallidos, Napoleón atravesó las líneas españolas y avanzó como una apisonadora hacia Madrid. En el camino, hubo saqueos y asesinatos en represalia por el levantamiento en todos los pueblos de la Sierra Norte. A su paso, el ejército francés quemó iglesias, molinos, archivos y herrerías.

Las consecuencias de la guerra para la economía del municipio fueron enormes, aunque la necesidad de mantener las vías de comunicación hizo que pueblos como Lozoyuela se recuperaran antes que otros de los alrededores.

LA REESTRUCTURACIÓN TOTAL

En el siglo XIX, desaparecieron el Régimen señorial y la Mesta (asociación de pastores de gran importancia, creada por Alfonso X en 1273) que habían organizado hasta entonces la vida política y económica del municipio.

La zona vivió una fuerte reestructuración administrativa que daba protagonismo al municipio frente a las comunidades tradicionales y, más tarde, la desamortización civil de 1855 trajo la privatización de las tierras públicas.

El fin de la Mesta provocó la decadencia de la ganadería trashumante y del negocio de la lana.

Al mismo tiempo, el municipio sufrió la ruptura de sus lazos históricos con Guadalajara. La nueva demarcación provincial de 1833 sitúa a la comarca dentro de los límites de Madrid por primera vez en su historia.

LA MINERÍA

Con la economía ganadera en crisis, cobró importancia la minería, gracias a la explotación de las minas de cobre por la sociedad británica Caridad Cooper Mining Company. Estaban situadas en el sector suroccidental del término municipal, entre el Reajo y la Loma de Mata Águila. Posteriormente apareció también alguna veta de wolframio.

GUERRA CIVIL

El municipio se encontraba en la retaguardia republicana, muy cerca del frente de Somosierra. Lozoyuela cobró gran importancia como punto logístico, por su cercanía a la carretera de Francia (o carretera de Burgos, como se la llamaba ya), y por albergar el centro de mando inmediato al frente. Su proximidad al frente hizo que sufriera bombardeos puntuales por parte del ejército sublevado.

Un equipo de ingenieros enviado desde Madrid se dedicó a levantar fortificaciones y una red de trincheras, aunque eran de poca calidad por el terreno rocoso de la zona. Aún quedan restos de trincheras, nidos de ametralladoras y un fortín en el Portachuelo.

La iglesia de Las Navas se utilizó como taller de camiones y la de Lozoyuela, tras ser expoliada, fue convertida en un cine.

El bando republicano también instaló un aeródromo en la zona de Los Tomillares, del que no queda ningún resto salvo su topografía plana. Un robledal cercano servía para enmascarar los aviones.

El frente de Somosierra se mantuvo estable hasta casi el final de la guerra. El ejército vencedor, de camino a Madrid, ocupó los pueblos de la Sierra Norte y tomó posesión de los ayuntamientos sin enfrentamientos armados.

ÉXODO RURAL

A partir de los años 50, el municipio sufrió un brusco descenso de la población provocado por la falta de trabajo en el medio rural y se produjo el éxodo hacia Madrid, que empezaba a proporcionar muchos puestos de trabajo en la industria y los servicios como consecuencia del Plan de Estabilización de 1957.

LA UNIÓN DE LOS TRES PUEBLOS

En 1973 llegó un nuevo cambio fundamental para los tres pueblos: la unión en un solo municipio, con sede administrativa en Lozoyuela.

La causa de esta unión, reflejada en el BOE del momento, es «carecer de medios necesarios para prestar los servicios mínimos obligatorios» por separado, al tiempo que «se acredita la existencia de notorios motivos de conveniencia económica y administrativa» para proceder a la fusión.

Una vez más, como en tantos otros momentos de la historia, Lozoyuela, Las Navas y Sieteiglesias vuelven a enfrentarse juntas al devenir de la historia.