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#Ellas cuentan mucho: Mónica Tomé en la tienda de las maravillas

Enviado por en 4 marzo, 2020 – 12:03

 “Soy como una Elena Francis en la mercería, ayudo a crear.” 

 

Como en el país de Alicia, atravesar Moth, la puerta de la mercería de Mónica es entrar en un mundo de cintas de colores y creatividad. Ya va para siete años que esta simpática emprendedora y apasionada de las manualidades llegó a Lozoyuela, un pueblo, dice, que la acogió con los brazos abiertos y en el que se siente muy querida.

 

Mónica Tomé en Moth, su mercería creativa de Lozoyuela

Cuéntanos, Mónica, ¿cómo llegas a Lozoyuela?

Yo era de Colmenar Viejo y me casé y me vine a vivir a esta zona. Llegué a Lozoyuela de la manera más tonta, buscando un local, y me quedé porque vi que este pueblo tenía —tiene—mucho potencial. Me encantó el pueblo, me encantó la gente y estoy aquí de maravilla desde hace siete años y no lo cambio. Yo no me iría a otro pueblo; además, pienso que tuve la suerte de caer en gracia.

Pues ya sabes el dicho…

(Mónica se ríe) Pues sí, me siento muy querida, me siento valorada, y eso para mí es importante. Sobre todo me siento útil y realizada.

¿Y valiente?, supongo, porque abriste la mercería en plena crisis.

Sí, nadie apostaba un duro por mi proyecto, pero le eché muchas ganas, muchas horas y un crédito bancario que me salvó el primer año; así conseguí salir adelante.

¿Siempre trabajaste en este sector?

¡Qué va!, yo trabajaba en una clínica dental hasta que tuve a mis hijos: dos niños seguidos, y era complicado compatibilizar horarios. Tuve que dejar de trabajar. Entonces me puse a estudiar lo que siempre me gustó: primero hice un curso de Monitora de Manualidades y después otro de Decoración e Interiorismo, pero cuando intenté rentabilizarlos, nadie me daba trabajo. Tenía la preparación pero también tenía 35 años y dos hijos, y no me consideran un activo laboral válido. Entonces pensé que era el momento de dar el paso, y emprender.

¿Aquella mercería  es como esta de hoy?

No, al principio era solo mercería, los arreglos vinieron después, al año. Pero yo le echo muchas ganas, y me voy reciclando continuamente. Yo odiaba coser y ahora me gano la vida con la costura.

Tu mercería se llama MOTH, ¿es por tu nombre, Mónica Tomé?

Podría ser, pero no. Mis amigos siempre han dicho que soy inquieta como una polilla, pero llamar Polilla a una mercería sonaba extraño, las polillas se comen las telas, y por eso lo puse en inglés, moth.

Entonces, como ser inquieto,  actualizarás mucho la mercería.

Todo lo que puedo. Las mercerías estamos en decadencia. Es necesario ir a ferias permanentemente y tener siempre algo más: Hoy una mercería es el complemento a otra cosa. De vender agujas no se vive.

Tu complemento, ¿cuál es?

Los arreglos, y permanentemente dándole al coco. Viendo cuál es la necesidad del cliente en cada momento.

Explícate.

Me he dado cuenta de que mi tienda es algo más: yo doy mucho que hacer a las personas, les ayudo a que se entretengan; me piden consejos sobre qué labores pueden hacer, o ideas para iniciar una labor.

O sea que más que una mercería tienes una asesoría de ocio activo.

(Mónica estalla en una carcajada.)La gente está empezando ahora tejer, que lo había dejado porque no había un triste sitio donde comprar una lana. Pero, sobre todo, les animo a reciclar cualquier material, telas, lanas, como hago yo; les animo a crear, que no les dé miedo mezclar.

¿Cómo te ves en unos años?

Me veo aquí. Yo pienso que de poquito se vive, prefiero ganar menos y que el cliente repita, pero que vuelvan. Esto es un sueño y sigo luchando día a día, cada mañana pienso algo nuevo que hacer, y espero seguir con esa ilusión durante mucho tiempo.

¿Recomendarías Lozoyuela Navas Sieteiglesias para invertir?

Sin duda, es un pueblo que, en este momento, tiene muchísimo potencial, pero sería bueno que se pudieran acondicionar más locales, que se pudieran alquilar más; siempre a precios razonables y sostenibles, ¡que estamos en un pueblo!

¿Qué consejo darías a la hora de empezar un negocio?

Que además de hacer un estudio de mercado, es muy importante que, desde el principio, se invierta en publicidad. Es muy importante darse a conocer. Mi primer año fue horroroso, después ya tuneé el coche con el nombre de la mercería y, al final, afortunadamente, la mejor publicidad son los clientes, que hablan de mí y vienen desde más allá de Somosierra.

¿y a las mujeres, en esta Semana de la Mujer, que mensaje les darías?

Que se líen la manta a la cabeza y que sigan adelante con sus sueños. Todos tenemos un sueño y merece la pena intentarlo.

 Mercería Moth, cada detalle cuenta. Avda. de Madrid, 70. 28752 Lozoyuela. Madrid. Tel. 654 10 13 88polilla.103@hotmail.com