LA HISTORIA DEL MUNICIPIO A TRAVÉS DE SU ARCHIVO – SEPTIEMBRE 2018 – “Las Fiestas Patronales”
En esta última entrega de la sección que hemos dedicado a lo largo de los últimos siete meses a dar a conocer a los vecinos parte del patrimonio documental custodiado en el Archivo Municipal, queremos abordar lo que sin duda ha sido y es un momento de felicidad y esparcimiento para todos los habitantes de la localidad. Se trata de las fiestas patronales, celebradas en esta ocasión del 21 al 30 de septiembre en honor a la Virgen de La Soledad, domingo más cercano a la festividad de San Mateo.
Si bien es verdad que las fiestas que se van a celebrar en los próximos días son las de Lozoyuela, se siguen festejando las de San Blas en Sieteiglesias (a lo largo del mes de agosto) y las de la Santa Cruz, el 1 de mayo, en Las Navas de Buitrago.
El origen de las fiestas patronales en nuestro país se remonta a los siglos XV – XVI. Los habitantes de los núcleos de población, algunos de reciente creación tras la conquista de los reinos del Al-Ándalus, se enfrentaban en ese contexto histórico con peligros constantes que amenazaban su tranquilidad y pervivencia. La aparición de plagas, periodos prolongados de sequías o enfermedades con un alto nivel de mortalidad como la peste, hicieron que dichas comunidades buscaran la explicación y remedio a dichas amenazas en la religión católica, solicitando el amparo ante las mismas mediante la elección de un santo o santa como patrón de la localidad, que ayudaría a protegerles y remediar los males acaecidos. La opción del copatrón también era muy recurrida, pero la misma debía cumplir con el requisito de ser de sexo contrario al patrón primeramente elegido [1].
Este componente religioso se reforzó con el paso de los años mediante la realización de prácticas rituales, la construcción de ermitas, celebración de procesiones y también de corridas de toros (sacrificando el animal en honor al santo), dando lugar a las conformación de las fiestas tal y como las conocemos actualmente, donde conviven elementos paganos junto a cristianos.
Tampoco es casual que las fiestas sean habitualmente en la época de verano, ya que es el momento de la recolección en comunidades donde la agricultura era el sustento básico de la economía hasta bien entrado el siglo XX, por lo que se pedía la intermediación del patrón para la protección de la cosecha.
Mediante los expedientes de festejos, custodiados en el Archivo Municipal, que recopilan todos los documentos relacionados con el desarrollo de estas celebraciones, podemos conocer cómo se disfrutaban en épocas anteriores estas fiestas, como veremos en los siguientes documentos del Ayuntamiento de Lozoyuela [2].
El primero corresponde al cartel de las fiestas del año 1954, celebradas entre el 18 y 21 de septiembre. En él se recogen todos los eventos realizados, destacando las procesiones de la Virgen de la Soledad los días 19, 20 y 21 y la celebración de dos veladas taurinas, una novillada con el espada José Rodríguez, “El Pío”, y una becerrada del ex matador de novillos Vicente Guerra, “Guerrita”. Finalizaron los festejos el día 21, con un gran espectáculo sorpresa a cargo de “divertidos vecinos del pueblo” en la plaza de toros. Todos los actos fueron amenizados por la banda musical dirigida por el maestro Raúl Amor, recorriendo las calles de la localidad, realizando bailes públicos y participando en los actos religiosos.
Seis años después, en 1960, las fiestas se celebraron entre los días 17 y 20 de septiembre. Fueron realizadas dos novilladas, a cargo del espada Ángel Parra, “Parrita”, así como los tradicionales eventos (procesiones, bailes….) y concursos de carreras de sacos y cintas.
Otro acto habitual era el lanzamiento de fuegos artificiales, generalmente en honor de la patrona de la localidad. El siguiente documento corresponde a las fiestas del año 1961. En las mismas fue encargado por parte del Consistorio un programa de fuegos a la Pirotecnia Valencia, dividido en siete partes, destacando la quema de castillos y la “apoteosis final”, donde aparecería “la efigie de la imagen que se venera en esa localidad”. El precio de dicha programación ascendía a 4000 pesetas (24 euros), encargándose el Ayuntamiento del transporte, manutención y hospedaje de los operarios.
Y para terminar este recorrido por la historia de las fiestas del municipio, que mejor manera que hacerlo recordando la música que amenizó las orquestas y bailes celebrados en las mismas. Las siguientes declaraciones juradas, presentadas ante la Sociedad General de Autores de España, recogen las canciones interpretadas por la Banda de Música de Pastrana el 24, 25 y 26 de septiembre de 1961.
En esos días los lozoyuelanos pudieron disfrutar de los éxitos del momento, con temas como “la novia”, “Que bello es vivir” y “Los niños de El Pireo”, junto a canciones que animaban más al baile como el chachachá “Esperanza”, “Adán y Eva” de Paul Anka o “Quince años tiene mi amor”, del Dúo Dinámico. Quizá alguna de estas composiciones forme parte de la memoria sentimental de los vecinos que vivieron esos festejos.
Así, con música, finalizamos esta sección esperando que haya servido para acercar y dar a conocer el patrimonio documental del municipio a todos los vecinos. Felices fiestas.
[1] Para más información consultar el artículo de Víctor Omar Dabbagh, “La simbología de las fiestas patronales: ejemplo de Pradoluengo”. Publicado en el año 2013 en ”Revista de Folklore”, número 373. https://funjdiaz.net/folklore/07ficha.php?ID=3735
[2] Los documentos de esta entrega corresponden a la signatura del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid 97191.