LA HISTORIA DEL MUNICIPIO A TRAVÉS DE SU ARCHIVO – JULIO 2018 – “Las Quintas”
En esta nueva entrega vamos a fijar la atención en una de las series documentales más características de los Archivos Municipales y que aporta un tipo de información muy cercana para los vecinos de los mismos. Se trata de los documentos referidos al Servicio Militar Obligatorio, conocido también coloquialmente como “mili”, acortamiento de la palabra milicias, o por quintas, de la que derivó el término quintos para aludir a los jóvenes que al llegar a la mayoría de edad debían de cumplir el servicio militar.
Aunque se tiene constancia sobre procesos de reclutamiento en España desde la Edad Media, no será hasta 1704 cuando en el contexto de la Guerra de Sucesión Española, el rey Felipe V ordene el alistamiento forzoso de un hombre por cada casa, usándose el término “quintar” como equivalente a “repartir”. En 1770, mediante la Real Ordenanza de Reemplazo Anual del Ejército con el Servicio Obligatorio se estableció una quinta anual, pero sólo del número de hombres que necesitasen y que no se hubieran cubierto con la recluta voluntaria. Esta ordenanza encontró una fuerte oposición en distintos estamentos sociales ya que los núcleos familiares se veían privados de mano de obra joven, imprescindible en sociedades de eminente carácter ganadero y agrícola. A esto había que añadir la opción de reducir el tiempo de servicio militar entre 5 y 10 meses mediante la redención económica y el pago de cuotas, posibilidad que solo podían asumir las clases acomodadas (prerrogativa eliminada en 1940).
De esta forma las clases sociales más vulnerables se vieron doblemente afectadas, asumiendo todo el peso del servicio militar, lo que provocó un rechazo al reclutamiento en forma de huidas, no presentación al llamamiento e incluso auto lesiones para no ser incorporados a filas.
Pero también hay que destacar el papel de las quintas como hito social y rito de paso en los municipios, marcando el fin de la adolescencia y el paso a la edad adulta en las sociedades de carácter rural. A esto se unía la posibilidad de muchos jóvenes para salir de la localidad donde habitualmente residían en una época en la que desplazarse fuera de estos núcleos estaba limitado a determinadas clases sociales. El inicio de esta nueva etapa se celebraba con la realización de la fiesta de los quintos y se mantenía en el tiempo mediante reuniones conmemorativas de carácter anual, recalcando el carácter de socialización y fraternidad entre los miembros de la misma quinta.
El estudio de los documentos conservados no solo nos proporciona información referente al proceso de alistamiento militar, sino que puede extenderse al reflejo de las condiciones de salud y estado nutricional de los alistados a lo largo de su infancia y adolescencia, ya que la estatura es un excelente indicador de estos condicionantes socioeconómicos.
El siguiente expediente general de quintas, relativo a las operaciones de reclutamiento, alistamiento, clasificación y revisión y distribución del contingente previo al Servicio Militar, pertenece al Ayuntamiento de Lozoyuela, del año 1940[1]. La finalidad era la confección de listas de mozos que en el año cumplían la mayoría de edad, tomando como base las inscripciones, los datos de padrones municipales de habitantes y las relaciones facilitadas por el Registro Civil. Una vez expuestas las listas públicamente se clasificaban con carácter provisional a los mozos en aptos, no aptos, solicitantes de prórroga o exención, pendientes de clasificación y prófugos; dicha información era remitida a los Centros Provinciales de Reclutamiento y/o a las Cajas de Reclutas.
Continuamos con un segundo documento perteneciente al Ayuntamiento de Las Navas de Buitrago (año 1953[2]), ejemplo de expediente individual de los mozos presentados en cada reemplazo anual. Entre otros datos incluía el alistamiento del recluta, el certificado médico de talla, peso y medida y otras incidencias como la exclusión temporal o total del servicio.
Por último, el Libro de Altas y Bajas del Registro de Llamadas, servía como control de los cambios del personal reservista[3]. La situación de reserva empezaba al término del Servicio Militar, prolongándose hasta que el reemplazo completaba los dieciocho años de servicio. A los reservistas se les expedía la licencia absoluta el 1 de enero del año en que cumplían los 38 años de edad[4].
Actualmente “la mili” ha desaparecido en nuestro país: el 9 de marzo de 2001 el gobierno español suspendía este Servicio, entrando en vigor el 1 de enero de 2002. El último sorteo público, mediante el cual se atribuía a cada uno de los mozos un número de orden que determinaba su destino militar, fue celebrado en noviembre del año 2000, finalizando así un sistema de reclutamiento forzoso presente en nuestra sociedad durante más de tres siglos.
[1] Signatura Archivo Regional de la Comunidad de Madrid 97125
[2] Signatura Archivo Regional de la Comunidad de Madrid 97255
[3] Signatura Archivo Regional de la Comunidad de Madrid 93219
[4] Ley 55/1968, de 27 de julio, del Servicio Miliar (B.O.E. de 29 de julio de 1968)